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El ser llamado es algo
así como una invitación a ser discípulo del Maestro Jesús, a seguir sus pasos a
la puerta de entrada a la eternidad, digamos que este llamado es como
la invitación que vemos de los invitados en la parábola de las bodas.
Los escogidos, son
aquellos que aceptan la invitación y se vinculan al servicio del Reino de Dios,
lo anterior conlleva una renuncia a dejar al viejo hombre y nacer de nuevo y
luego continuar viviendo una vida de continua obediencia a lo que Dios nos mande,
no es fácil atender esto porque este llamado conduce a perder la vida como dice
Lucas en el capítulo 9: 23 al 24… “porque todo aquel que quiera salvar su vida
la perderá”.
Realmente hay muy
pocos escogidos por la sencilla razón de qué hay que pagar un precio, además hay
una puerta ancha y un camino angosto, difícil es e imposible en nuestras
propias fuerzas el lograrlo pero a traves de Jesus todo es posible; así como se lo decía anteriormente es llevar una
vida de renuncias al mundo y sus ofrecimientos y a la entrega y la obediencia
que se requiere para cumplir todo aquello que el señor quiere que hagamos.
En las iglesias hay
muchos llamados se sientan en las bancas todos los domingos y ahí se engordan
de tanto alimento que comen, llevan una vida inactiva, no se
involucran en la expansión del reino, no toman parte de los diferentes
ministerios que las iglesias ofrecen, olvidan que al final todos seremos pesados
y si nos hayan fallos TEKEL (Dn. 5:27)... “allí será el llanto y crujir de dientes”.
…Y tu hermano estás
viviendo una vida para ser llamado o para ser escogido?