miércoles, 25 de febrero de 2015

Un Viaje a Palestina

Vida pasión y muerte de Jesús I

Habia decidido por fin cumplir con la cita que tenia con “Ashir el Hebreo” Ashir me había invitado a hacer un viaje a través del tiempo que no es tiempo. Viajaríamos a Palestina, esa mágica región llena de historias y de sabiduría, tierra del más grande Rabí que ha existido sobre la tierra, allí conocería a ese fascinante y enigmático Galileo llamado Jesús de Nazaret “El Mesías”.

Ashir, tenía dos enormes camellos listos para el largo viaje que nos esperaba, subí a uno de los camellos con la ayuda de Ashir, mi viejo amigo Hebreo de un solo salto se colocó encima del suyo.


Los camellos se dirigieron a través de las dunas del desierto lo más rápido posible y encontramos la caravana, se habían reunido alrededor de un pozo, los vientos del desierto nos tocaban el rostro como recordándome que había viajado a través de un tiempo que no era tiempo para encontrar la verdad. Ashir el viejo hebreo me decía:
  --El silbido del tiempo trae conocimiento, el viento lo sabe todo-

El camellero empezó a dar instrucciones, era un hombre con el rostro duro curtido por el sol, había viajado mucho desde niño, sabia como esquivar las tribus de ladrones y donde localizar los pozos de agua, algunos viajeros decían que podría hablar con el viento.
   --Viajaremos por la noche, es un tiempo fresco de primavera pero así evitaremos averiguaciones de las tribus ladronas-, dijo el camellero.
Después de mirar las estrellas para guiarse por ellas, él camellero nos dijo:
   --A Palestina tomaremos un camino de varios días-.

El encontrarme con mi viejo amigo Ashir en medio del desierto y camino a Palestina Me hacía sentir excitado, el conocer la vida del Rabí era un deseo a lo largo de mis viajes en el tiempo, así que le lance mi primera pregunta al viejo hebreo.
   –Ashir, ¿Cual era la misión que el Rabí traía a la tierra?- Sus ojillos saltaron y se volvieron luminosos, su mano alcanzo su platinada y abundante barba mientras meditaba la respuesta-
   –El Maestro vino a pregonar el Reino de Dios, El afirmaba mi reino no es de este mundo, al mismo tiempo hablaba de la eternidad,  de amor, de...
 perdon;  Jesús el Maestro no definía ese reino, El no lo identifico ni con poder político, ni con la ley ni con el templo-
Después de una Breve pausa el continuo:
    --El Altísimo, creo el hombre a su imagen y semejanza, entonces el hombre era como El, pero las fuerzas oscuras que ustedes llaman demonios penetraron la conciencia del hombre, y este poco a poco fue cayendo y se extravió del redil del Padre. El Más Alto, nunca lo expulso del paraíso terrenal, esto es erróneo, El es amor, nadie en tu dimensión sería capaz de expulsar a su hijo de su casa, menos el Altísimo, el hombre escogió un camino equivocado porque él tiene “Libre albedrio”-
   -- Dios siempre es unidad, tu puedes verlo en Dios-Padre, Dios-hijo y Dios-Espíritu Santo. El hombre dividió desde el principio de la humanidad, fue creando fronteras, explotando a su hermano, tergiversando para su provecho las escrituras que el Altísimo dejo, pero El dijo: “Llegara el día en que escribiré mi palabra en sus mentes y en sus corazones-.

Continuamos el camino en medio de las dunas, los camellos iban con vigoroso paso, una leve ventisca nos hacia taparnos el rostro con nuestro turbante especialmente la boca y la nariz mientras inclinábamos el rostro para evitar que hiriera nuestros ojos, un largo silencio se hizo después de que el viejo hebreo hablara con sabiduría y pasión sobre la verdad, mientras tanto yo meditaba sobre todo esto.
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Nota: Próxima entrega, espere Jesús de Nazareth o de Belen

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ed